¿Cansado de no cerrar procesos de selección, que los candidatos te ignoren o que tu cuota de Linkedin se agote el día 10 de cada mes después de haber pagado un pastizal?

Solo quiero decirte una sola cosa: NO ESTÁS SOLO, SOLA ni SOLE. 
 
En los últimos años, el mundo del recruitment ha cambiado mucho, no, muchísimo. 

Viejos actores y tácticas han dejado de funcionar, directamente, han desaparecido. 

Otros han venido a ocupar su lugar en la cadena alimenticia del recruitment. 

Sin ir más lejos LinkedIn ha cambiado tanto que lo que ayer funcionaba como un tiro hoy es completamente irrelevante- Y se de lo que te hablo porque llevo usando la herramienta más de 15 años. 

¿Pero sabes qué es lo que se mantiene imperturbable? 

El cómo trabajan el 90% de los recruiters.   

Antes publicaban en A. Hoy publican en B. 

Antes buscaban activamente en C. Ahora buscan activamente en D. 

Como el día de la marmota. 

¿Y sabes qué sucede? Que como no han cambiado su manera de currar, siguen aplicando lo que no funcionaba de la misma manera. Y si antes no funcionaba, ¿Qué te hace pensar que ahora sí lo hará? 

Y luego viene lo ya conocido: presión excesiva por parte de los managers, tensión en los proyectos porque el de recursos humanos no da con la tecla, desesperación por la falta de candidatos, llamadas a deshoras, entrevistas trasnochadas, síndrome del impostor galopante por pensar que no somos buenos en los que hacemos… 

Lo habitual. Nada nuevo bajo el sol. 

Y eso le ocurre al 90% de los recruiters del sector IT. 

El otro 10% vivimos bien. ¡Qué digo bien! 

Muy bien. 

Tenemos siempre un pull de candidatos vivos, explotamos nichos donde no tenemos competencia, agendamos reuniones dentro de nuestro horario laboral, conocemos gente interesante que nos referencia a otras personas interesantes y facturamos. 

De hecho, no solemos tener problemas para conseguir nuevos empleos o clientes. 

¿Cómo se logra todo eso? 

Pensando distinto. 

Vaya por delante que no soy el mejor recruiter del mundo. Tengo mis más y mis menos pero no me acerco ni a los 500 mejores de España (ya no te hablo del mundo) 

No me invitan a dar charlas, ponencias, masterclass ni soy profesor de ningún Master de renombre. 

Pero coloco gente. 

Y facturo por cada persona a la que ayudo a encontrar un nuevo proyecto. 

Porque en lo que sí soy bueno es en pensar fuera de la caja. Cuestionarme el status quo, replantearme los problemas y probar nuevas soluciones.  

Una y otra vez. 

Y con eso he conseguido centrarme en el 20% de las cosas que sí funcionan y conseguir hitos como: 
 
 

👉 Sortear las nuevas limitaciones impuestas de Linkedin (spoiler: no son nuevas 😉 )  

👉 Pasar menos de 30 minutos diarios en Linkedin y que esta se convierta en mi tercera fuente de reclutamiento. 

 
👉 Haber ayudado a más de 1000 personas en la última década bien a encontrar clientes, bien a encontrar nuevos proyectos. 
 
👉 Conseguir una tasa de aceptación de mis invitaciones por encima del 40% y superar la barrera del 50% de conversaciones activas. 
 
👉 Ser baneado 0 veces en todo este tiempo, incluso superando los límites impuestos deLinkedIn de 100 invitaciones a la semana (por aquí andamos en 700 de media 😎) 
 
👉 Haberme gastado 0€ en cuentas premium, reinvirtiendo ese gasto en otras herramientas más útiles. 
 
Y todo ello sin trabajar ni un minuto más en estos años.  
 
¿Cuál es el secreto? 
 
Podría contarte muchas milongas de algo revolucionario que he inventado gracias a la ciencia infusa o mediante la inspiración de las musas. 

Vamos: chao chao del bueno. 

Pero no.  

Todo lo que utilizo (sí, hoy mismo lo estoy utilizando) parte de mi experiencia y la conjunción de 3 factores: 

  • Uso de búsquedas avanzadas tanto dentro como fuera de LinkedIn mediante la metodología OSINT. 
  • Automatización de procesos de poco valor añadido. Pongo el piloto automático hasta que hace falta sujetar fuerte los mandos. 
  • Sentido común y trabajo diario. Probar, caerse, levantarse y vuelta a empezar. 

Todo esto no se si es un framework pero sí un modo de trabajo que genera resultados.  

Y tranquilidad.  

Y dinero. 

Y que tú puedes aprender.  

Conmigo o por ti mismo. Que tampoco te voy a mentir diciendo que no puedas aprender por tu cuenta… aunque irás más rápido si vas acompañado, claro. Y te ahorras problemas y comeduras de cabeza. 

¿Cómo? 

Muy sencillo. 

Tengo una newsletter. 

¿Por qué una newsletter y no un blog? 

Porque no tengo tiempo. Y porque nuestro negocio se mueve muy rápido. Tanto que lo que dices hace 3 meses ya no tiene validez. 

Una newsletter me parece más directa y más actual. 

Lo que te cuento ese día sirve. Probado.  

Así que si quieres saber de qué va la cosa y estar al tanto de las nuevas técnicas de selección ya sabes qué debes hacer. 

Pero tienes que saber tres cosas importantes:  

No tengo periodicidad establecida. Sólo escribo cuándo tengo algo útil que contar. A veces será un correo diario y otras de pascuas a ramos. 

No repito consejos ni tengo repositorio de correos. Si no estás dado de alta el día que lanzo un mail te lo perdiste. 

Aunque comparto el 80% de los hacks, algunos me los guardo para mis clientes. Así que de vez en cuando te intentaré vender. No mucho, lo justo para poner un plato de lentejas encima de la mesa. Si esto te hace sentir incómodo/a mejor no te apuntes, aunque te perderás los consejos gratis. 

Ya sabes cómo funciona esto.  

Me dejas tus datos y empezamos. Y ojo, que sólo por estar apuntado tienes regalito asegurado. 

¿El qué? 

Tendrás que apuntarte para averiguarlo 😉